El Día Internacional para la Prevención de la Explotación del Medio Ambiente en la Guerra y los Conflictos Armados


El 5 de noviembre de 2001, la Asamblea General declaró el Día Internacional para la prevención de la explotación del medio ambiente en la guerra y los conflictos armados, el cual se celebrará el 6 de noviembre de cada año (resolución 56/4). La Asamblea adoptó esta medida considerando que los daños causados al medio ambiente en tiempos de conflicto armado seguían afectando los ecosistemas y los recursos naturales mucho después de terminado el conflicto, extendiéndose a menudo más allá de los límites de los territorios nacionales y de una generación. Recordó asimismo la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas, en la que se había destacado la necesidad de proteger nuestro entorno común.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) pretende recordar, con esta jornada, la importante destrucción ecológica que causan las guerras: contaminación del agua y de la tierra, daño a los ecosistemas, etc. Según Nick Nutall, portavoz del PNUMA, las zonas que han sufrido una guerra deben preocuparse de la restauración del medio ambiente. De lo contrario, sus habitantes sufrirán las consecuencias durante años después del conflicto.«Para que no se resienta la salud de la población y podamos llevar a cabo un desarrollo sostenible, creemos que es importante insistir en la necesidad no sólo de hacer frente a las cuestiones humanitarias sino a las del medio ambiente a corto y largo plazo», señaló Nutall.
En las guerras no solo se matan a las personas, también se exterminan ecosistemas, y los animales y las plantas que en ellos habitan. Producen a su vez enfermedades por la contaminación que se genera con las técnicas militares utilizadas para destruir al enemigo. Las armas nucleares, biológicas y químicas arrasan con todo lo que encuentran a su paso. La vida desaparece. Los ríos y los lagos se envenenan, la deforestación y la desertificación aparecen como consecuencia directa de los conflictos armados que asolan el globo.
Los recursos naturales se sobreexplotan o no se salvaguardan, afectando también a la alimentación de la propia población; y lo peor de toda esta situación es que incluso después de haber pasado mucho tiempo, sus secuelas están presentes, con lo que ello conlleva. Pasará mucho tiempo hasta que esos espacios puedan considerarse limpios y restaurados, años o siglos según lo afectados que se encuentren, dependiendo del tipo de conflicto, el tiempo que haya durado, la extensión, etc.

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