Nothing else matters (Nada más importa)

Os presentamos una redacción de un alumno de tercero de ESO D que muy amablemente nos ha cedido. Nos parece oportuno publicarla en este espacio puesto que el tema trata de la tolerancia y el respeto.

Nothing else matters (Nada más importa)

Tarde del 2 de febrero en Sestao, Bizkaia.
Era sábado, el sol relucía sobre la cabeza de los pueblerinos.
Los niños jugaban al frontón y una oleada de hinchas del Sestao F.C. lucían sus banderas verdes y negras para el partido que esa noche iba a suponer histórico. Si ganaban pasarían al primer puesto en la liga.
Por la acera caminaban dos padres y su hijo Jon.  Ellos vivían en Bilbao, la capital, pero no abandonaban su pueblo, el lugar que los vio nacer en el año 1986, a Ferrán y Martín, cuya condición sexual no supuso un problema en aquel pequeño pueblo del norte de España.
Allí, entre cuestas, calles húmedas y tabernas a rebosar, se sentían bien. Jon era feliz, volver a ese lugar hacía que abandonase la rutina. Él hablaba con sus amigos sabiendo que volvería a la realidad, esa realidad que le atormentaba día y noche, gritos y reclamos que le rompían en dos.
Era de estatura media, no muy agraciado, tenía bondad pero era la sociedad opresora la que no le dejaba descubrirlo.
Le habían enseñado a respetar a los demás, qué pudo suceder para que, sin importar la homosexualidad de sus padres, sufriera ese acoso constante. Sería por no jugar a la guerra, por tener gustos diferentes, por… no lo sabía, no lograba comprenderlo, perdió su fuerza y coraje, arrojo y valentía en el preciso momento en que le enseñaron a dialogar.
No comprendía la sociedad. Cuando entraba por la puerta del estadio, vio la unidad de ambas aficiones y sintió, como años atrás, la ilusión que les unía.
Estaba cómodo,  era como si hubiera acabado la pesadilla. Vio la emoción de la gente, saltando y gritando, unidos como hermanos.
Qué más daban sus gustos, su dolor, su familia cuando había cambiado años de aflicción, por 90 minutos de gloria, y aunque perdieran…
Un pitido sonó como canto de alabanza , grito de libertad, tambores de guerra que mantiene un hombre al rechazar el qué dirán.
Domingo 8 de octubre de 2017, se termina de escribir este texto día del estudiante solidario.
Carlos Cantero Medina.   (3 ESO D)

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