UN VIAJE PARA RECORDAR

“Si no escalas la montaña, jamás podrás disfrutar del paisaje” dijo el célebre poeta Pablo Neruda. Es cierto, la vida es una gran montaña, está en nosotros aprender a escalarla para llegar a la cima, aprovechando cada momento y disfrutando por alcanzar la meta.Pero, ¿las montañas solo están para ser escaladas? Me temo que no, porque nosotros, en lugar de escalarlas, esquiamos e hicimos snowboard. 
El pasado 4 de febrero, un grupo de alumnos de 1º de Bachillerato emprendimos un viaje a Sierra Nevada (Granada). Fue corto pero tan emocionante que me atrevo a decir que nuestras caras al irnos no eran de cansancio, sino de tristeza. Para la mayoría de nosotros, era la primera vez que practicábamos alguno de estos deportes. 
Todo lo que ocurre por primera vez, se vive con más ilusión. Al llegar a este Parque Nacional, concretamente en Prado Llano, nuestros rostros eran un patente reflejo de esta ilusión. Cuando habíamos recogido todo el material, subimos a las pistas mediante el telecabina, lo cual fue impresionante y sobrecogedor. No hay palabras para describir la sensación de sobrevolar un paisaje de blanca escarcha. Parecía que las montañas durmieran bajo sus mantos de nieve.
Al llegar a Borreguiles, nos separaron en grupos (snowboard y esquí). Voy a contar mi experiencia aprendiendo esquí y estoy seguro que fue tan gratificante como los que practicaron snowboard. 
El primer día, nuestro monitor, Andrés, nos presentó a quienes se iban a convertir en nuestros más fieles amigos durante estos dos días: los esquís. Además, conseguimos adquirir y mejorar habilidades, tales como el equilibrio y la coordinación y aprendimos diferentes técnicas, que nos permitirían bajar pistas con distintos desniveles, como es el caso de la frenada en cuña. Hay que decir que todo ello iba acompañado de caídas, pero éstas se vuelven insignificantes cuando haces algo que realmente te gusta.
Nos cundió bastante el primer día. Volvimos al hotel, pues ya era hora de descansar y reponer fuerzas. Algo que adoro de los viajes es precisamente que nos permiten convivir con profesores y compañeros, formando nuevos lazos de amistad y forjando otros. ¿Y qué mejor que conversar a medianoche entre risas con tus amigos? 
Los rayos de la luz del sol nos despertaron, anunciando el gran día que nos aguardaba. Llegamostemprano a Borreguiles, para aprovechar al máximo el último día. Uno de los objetivos del curso consistía en que algunos de nosotros pudiéramos subir a una de las pistas verdes, destinadas para principiantes. Afortunadamente, la mayor parte del grupo lo conseguimos y pudimos vivir una experiencia, como auténticos esquiadores, verdaderamente asombrosa. Así, para subir a la pista, montamos en telesillas, oportunidad para poder disfrutar de los bellos paisajes que nos brinda este Parque Nacional. Recuerdo las palabras del monitor: “Bajar una pista es otro mundo”. Es cierto, era un mundo de felicidad, respirando aires de libertad mientras descendíamos por esas blancas laderas.
Desgraciadamente, todo llega a su fin. Costó despedirse de una sierra que nos había encandilado en tan poco tiempo. Casi todo en la vida dura poco, pero dura lo suficiente para que sea inolvidable. Volvimos con un sabor de boca a sueño, un sueño que había sido fugaz e intenso. 
En nombre de todos mis compañeros y el mío propio, agradecer a todas y cada una de las personas que han participado en la realización y organización de este viaje, permitiéndonos vivir una aventura que recordaremos siempre con nostalgia.


Laura Rueda, 1º Bachilerato D





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